La pleita, considerada artesanía en la actualidad, fue una forma de vida en La Campana en la primera mitad del S.XX, recurso económico y parte del sustento de muchas familias, tanto que actualmente sus vecinos, e incluso las nuevas generaciones, saben trabajar este material para conseguir diferentes enseres como cestas, capazos, alfombras e incluso persianas.
Durante el verano, toda la familia recogía palmas, en cantidad suficiente para trabajarla durante muchos de los meses posteriores, pues en una época en la que aún no se contaba con el plástico industrial, por ejemplo la tomiza era imprescindible para las asas de la espuertas y los asientos de las sillas, así como para muchos de los enseres antes mencionados.
Actualmente la recogida libre de la palma está prohibida, no obstante es posible hacerse con ella de forma controlada, y es así como hoy en día los campaneros siguen trabajando la pleita con el conocimiento y la destreza de sus antecesores en este arte.